En todas partes oigo que les preguntan a los músicos: ¿De dónde sacas tus ideas? O, ¿Cómo se te ocurrió tu canción más famosa? Respuestas hay de todas; Desde quien soñó una melodía y al despertar corrió a plasmarla en el piano, hasta el rompimiento amoroso que provocó palabras muy emotivas o resentidas. Así que supongo que no hay una fórmula.Cada experiencia es diferente.
El caso de Mujer en la Playa, es muy simple. La idea me la dieron unas campanas de viento que encontré en una tienda de artículos para exteriores. Su sonido misterioso me cautivó y terminé comprándolas. Ayudándome con el piano hice inventario de las notas musicales que se dejan escuchar cada que los seis tubos metálicos, chocan entre sí. Con esos tonos elaboré un acompañamiento, y sobre ese acompañamiento, una melodía. A la hora de buscar qué palabras acoplarle a la melodía que comenzaba a dibujar, recurrí a una colección de Poemas de Mariana Pérez Villoro que tenía Guardada porque sabía que algún día podría usarlos como inspiración. Elegí el poema Mujer en la Playa porque me pareció que el ritmo de sus palabras empalmaba bien con el vaivén de mi melodía. A la hora de presentar la pieza en vivo, mi productor me ayudó a agregarle unos giros armónicos para volverla más interesante. Los instrumentos con que se interpretó fueron: piano, voz, violoncelo, bajo, tres coristas femeninas, y desde luego, las campanas de viento.
Viendo que la pieza funcionaba en vivo, se decidió entrar a grabarla. Por extraño que pueda parecer, cuando se piensa en presentar una pieza en vivo, se utilizan criterios distintos, que cuando esa misma pieza se está contemplando para grabación. Es como comparar una obra de teatro con una película.
Entre músicos, siempre hay quienes dicen desenvolverse mejor sobre un escenario y otros, que afirman que logran expresar y desarrollarse musicalmente mucho mejor al interior de un estudio de grabación. Yo soy del primer tipo: siento que la verdadera prueba de fuego para cualquier interpretación, es el diálogo en caliente que se crea ante un público atento. Mi Productor es del segundo tipo: se esmera en detalles que, un escucha, puede ir descubriendo tras experimentar la reproducción de una pieza musical repetidas veces. Una grabación, entonces, suele implicar algo más que la simple captura de una canción o un
concierto. Se trata de una especie de adaptación cuyos detalles se abordan durante la etapa de postproducción.
Por ejemplo: en vez de interpretar la parte del piano en un instrumento físico, mi productor acude a un banco de sonidos digital donde se puede elegir qué clase de piano queremos que se escuche. ¿Uno vertical? ¿Un piano de cola? ¿Uno de marca japonesa? ¿Alemana o norteamericana? ¿Con la tapa abierta? ¿Con uno o con dos micrófonos debajo del cuerpo? También podía fácilmente sustituirse el acompañamiento del piano por otro instrumento armónico como un vibráfono o un arpa. Al final optamos por el piano con algunos agregados de arpa para acentuar el corte misterioso de mujer en la playa, pero sin caer en el cliché.
Durante el proceso de premezcla, se empalman todos los instrumentos que han quedado grabados. ¿En qué plano queremos que quede cada uno? Es como sobreponer capa sobre capa de sabor para luego meter nuestro suflé al horno. Podemos aderezar nuestra creación con muchos tipos de adornos diferentes: reverbs y delays (qué son distintos tipos de eco), filtros, para que la voz suene más opaca o más brillante. Se puede resaltar o disminuir la intervención de algún instrumento en determinado momento de la canción, si lo que buscamos es sorprender al escucha.
En el encabezado del poema, Mariana lo dedica: a mi madre. No estoy segura por qué, pero lo cierto es que a medida que iba construyendo la canción, me encontré pensando en mi propia madre, quien es gran amante de la pesca, la playa, y todo lo relacionado con el mar. Esto, fruto de algunos años, muy felices que pasó en una ciudad costera durante su adolescencia. Ello me pone a pensar en cómo fue mi madre, antes de qué yo la conociera; antes de que yo existiera. Sé que la atracción por el mar le viene de una época muy distinta a la que corre hoy, que muchos de sus ancestros y parientes son o han sido marinos o mecánicos o fabricantes de barcos. No puedo dejar de preguntarme qué tanto de aquella adolescente permanecerá en la persona a quien yo creo conocer.
Mujer en la playa describe a una dama misteriosa que navega en un mar tormentoso. a la hora de trabajar con el chelista, nos aseguramos de que quedarán grabados muchos tipos de contacto con la madera de su violonchelo: haciéndola rechinar con la mano, percutiendo el cuerpo del Chelo suavemente o frotando las cerdas de su arco contra las cuerdas, de manera muy suave. También en este proceso se puede entretener uno infinitamente, de modo que a veces conviene poner de antemano una fecha de lanzamiento para la canción, o se corre el riesgo de no terminar de jugar con todos sus elementos jamás.
El barniz, o sea la última etapa del proceso es la masterización. En ella se ajustan los volúmenes para que estén dentro de los estándares comerciales. De esta forma, nuestra grabación, no desmerecerá a la hora de ser incluida dentro de una lista de reproducción, donde tenga que convivir con canciones de otros estilos, géneros y procedencias.
Y ahí la tienen: una embarrada muy por encimita de los pasos que implica armar una canción al interior de un estudio de grabación. En tecnicismos no me meto, lo importante, es establecer una muy buena comunicación con algún productor, ingeniero de sonido o con uno mismo, si gustas de experimentar con la gran variedad de herramientas digitales, que hoy nos ofrece el ámbito de la música.
Los dejo con el poema mujer en la playa, de Mariana Pérez Villoro, que sirvió como punto de partida para este nuevo sencillo.
MUJER EN LA PLAYA
a mi madre
En la penumbra
te vi salir
del barco encallado:
Llevabas la cabeza llena
de gaviotas.
La marea venía y se alejaba
del naufragio
en tu playa siempre nueva:
Mojaste los pies
en voz baja hablaste.
Y, al soltar un soplo pasado
en las olas,
brilló el faro de tus ojos.
Mariana Pérez Villoro