Cuando el disco está terminado surge la pregunta: ¿Cómo seleccionar y cuántos sencillos van a ser?
Cuando te sientas a ponderar esto, te llega el primer golpe de realidad; el que te avisa que no solamente tú y tus mas cercanos podrán disfrutar de la nueva música, sino el mundo entero. Titubeas. Te preguntas si tus canciones agradarán ¿a pocos? ¿A quienes? ¿Qué momento del día ocupará en la vida de alguien cada una de mis 10 rolitas? ¿Qué estado de ánimo propiciarán? ¿Qué se hace con tantas preguntas?
Al principio esto me pareció fácil. 2 canciones, o 3. Las que mejor dibujen un panorama general de lo que es el álbum en su conjunto. Una movida, una tranquila y otra… bueno, mejor que sean nada mas dos.
Lejos estaba de imaginar los prolongados debates que puede suscitar este tema aparentemente simple, principalmente entre el productor y yo.
– “¿Deberíamos sacarlas todas como sencillos, así la hacemos mas de emoción, y ya luego el disco completo.”
– “No, no. Los sencillos deben ser solo una probadita para que cuando salga el disco completo, la gente quiera comprarlo. ¡Si ya lo conocieron completo, ¿entonces qué chiste?”
– “Que la mitad de las canciones se conviertan en sencillos entonces.”
– “No, mejor menos de la mitad.”
– “¿Cuántas, cuatro? ¿Tres? Ok, tres.”
– “¿Pero cuáles? Podríamos decir que el disco tiene unas mas electrónicas y otras más acústicas. ¿Sacamos una y una?”
La elección del tercer sencillo no fue difícil, pues comparte nombre con el disco y el proyecto: ONE WING. ¿Pero y las otras dos? Evidentemente requeríamos oídos frescos para ayudarnos a decidir.
Invitamos a escuchar el disco a un grupo pequeño de personas afines a los géneros musicales que veníamos manejando, pero no con demasiada afinidad hacia nosotros como para abstenerse de darnos su opinión sincera. Jóvenes, no adolescentes. De preferencia menores que nuestros papás.
Al final nuestros escuchas de prueba terminaron siendo: mi hermano menor, su novia, otro productor musical, un amigo que se dedica al teatro y una amiga que es editora de una revista y experta en contenido digital. Sus opiniones e impresiones fueron casi por completo opuestas a las que el productor y yo teníamos en mente. La canción a la que menos le apostábamos fue la favorita de todos. Nuestra preferida pasó sin pena ni gloria y otra de las más o menos, gustó mucho.
– “¡Es que lo que a la gente le gusta…!”
¿A la gente? ¿A cuál gente? ¿A la mayoría de la gente? Me di cuenta que nunca he sido de masas ni de mayorías, sino de pequeños públicos. Personas sensibles, imaginativas, amantes de lo bello y enigmático. Al final, aunque las opiniones de todos resultaron muy útiles, el productor y yo nos decantamos por la favorita de él, Nearly Human, Who You Are, (por épica y dramática), y One Wing. Ó sea, ninguna de las que más les gustaron a nuestros amigos.
Who You Are trata sobre el reencuentro de una pareja que estuvo separada durante mucho tiempo. Él se ausentó para ir a pelear en la guerra, y ella lo ha estado esperando ansiosa, acumulando expectativas que culminan en una penosa realidad a su regreso.
Los viajes nos cambian, a veces de maneras difíciles de reconciliar con quienes éramos antes. El reencuentro con la pareja puede volverse un asalto que experimentamos con amargura.
En la canción escuchamos, palabras de confrontación por parte de ella y un silencio pesaroso por parte de él. Las penurias durante la guerra han sido terribles para ambos, pero ahora se vislumbra un tormento aún mas insidioso porque se instala en la cotidianidad y pasa por ser normal: el de la vida privada. La readaptación tirante. La convivencia que no calienta el corazón, y desgasta mas que nutrir.
Se me hace un nudo en las tripas de solo pensar en tales heridas abiertas, envueltas en soledades. Pero la verdad, la rolita me encanta.