Durante los meses más álgidos del reinado del COVID-19, la consigna era quedarse en casa para no exponerse ni exponer a los demás a un riesgo innecesario. Dentro de los límites de ese encierro protector se gestó mi nueva música.
Cuando por fin quedó lista, adoptábamos poco a poco una nueva normalidad que nos fue empujando a poner un pie fuera de nuestras puertas, a retomar contacto físico con los demás, a remontar la aventura de nuestras vidas.
Mi primer disco comparte nombre con el Tercer sencillo. Ambos se llaman ONE WING, que quiere decir, UN ALA. Un ala con la que poder alzarse por los aires aún con dificultad, aún a pesar de los peligros del mundo, aún a falta de la otra ala.
Cuando nos encontramos a punto de emprender un proyecto importante, con las decisiones ya tomadas y los procesos en curso, a veces nos asalta la pregunta: ¿estoy realmente lista para embarcarme en esto?
Así me sentí yo cuando One Wing salió por fin de la fragua. Pensaba. ¡Hay tanta música buena y nueva! “¿Quién necesita otras 10 canciones?” O “¿No habrá alguien, algún ensamble, compañía o proyecto musical que quiera reclutarme?” “¡Ponerme al mando de mi vida musical implica tantas cosas que no sé hacer!”
Pero poco a poco me di cuenta que todos a mi alrededor se montan constantemente montañas rusas para las que no están seguros de encontrarse completamente listos. Como tener un hijo. ¿No será mejor esperar hasta lograr finanzas más estables? Comprometerme en una relación de pareja. ¿Y si la vuelvo a regar como la vez pasada? ¡Ah, cuando las circunstancias te arrastran y te quedas sin opciones, haces lo mejor que puedes! El temor viene cuando tienes abierta la posibilidad de tomar la iniciativa. ¿Te expondrás a intentarlo?
Entonces pensé en Un Ala, el personaje que yo misma había creado. Un Ala es bello y ábil. Pero ha sufrido una pérdida dolorosa que lo dejó con una sola ala para desplazarse por un mundo que aveces es hostil e injusto. Un Ala tiene que vérselas con sus propias limitaciones y con situaciones adversas, y aún así, sigue intentando.
¿Necesita el mundo de lo que yo tenga que aportar?
Pues … Ya mucho se ha dicho que los artistas no somos necesarios. (Necesaria la cadena de suministros y el sistema de salud). Pero no exagero cuando digo que he leído libros que han cambiado mi vida, o gracias a los cuales, he logrado cambios importantes en ella. Que cuando quiero salir de un atolladero anímico, pongo a sonar cierta música para que me remueva las entrañas. Que si me siento sola, le digo a alguien, ¿Vamos al teatro? ¿Vemos una peli?
Quiero permanecer unida a las filas de las personas que provocan esas cosas. ¿Provocan qué pasemos un buen rato? Sí Pero hay más, mucho mas. Las artes nos han regalado en épocas pasadas, tantas obras que aún hoy siguen alimentando nuestra sensibilidad y nuestro espíritu, ¿no les dan ganas de ver qué nuevas creaciones vamos a lograr de aquí para adelante? Escucha ya mi nuevo sencillo #OneWing disponible en plataformas.