Al momento de escribir estas palabras, me encuentro cursando una certificación en habilidades de la vida cotidiana para personas ciegas.
Dicho sea de paso, “persona ciega” no es un término peyorativo. Como tampoco lo son invidente, débiles visuales, ni discapacitado visual. En cuanto a la capacitación en que me encuentro enrolada, se me ocurre que quienes me leen por aquí puedan encontrarla interesante, así que procuraré describirla brevemente.
¿A qué me refiero con habilidades de la vida cotidiana? Hay tantos aspectos, (prácticos, educativos, emotivos), que se ven afectados cuando una persona ha perdido el sentido de la vista o nace sin él, que al llegar a la adultez, a menudo se arrastran múltiples lagunas.
El programa en el que me encuentro inmersa, cubre cinco materias, las cuales se cursan cinco días a la semana de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Estas materias son: “Orientación y movilidad”, “Administración del hogar”, “Computación adaptada”, “Braille (sistema táctil de lecto-escritura)”, y “Taller de carpintería”. Sí, leyeron bien: taller de carpintería. Lo que se busca con dicho taller no es formarse como carpintero, sino entrar en contacto y conocer de primera mano el funcionamiento de herramientas como taladros, prensas y algunas otras máquinas cuyos contornos, usos y sonidos jamás habría imaginado pasarían por mi radar.
La meta última de el curso entero es fomentar la confianza en sí mismo, asumirse como persona ciega capaz de vivir de manera independiente, y como ya dije, emparejarse en aspectos formativos que a lo largo de la vida se han ido descuidando, o se han vuelto repentinamente inaccesibles para quienes perdieron la vista, (y con ella un modo de vida ya establecido), por causa de enfermedad o accidente.
Es gracias a una beca que tengo la fortuna de encontrarme estudiando aquí. Debo decir que después de tanto aislamiento pandémico, la marejada de nuevas experiencias, nuevas personas y nuevos procesos a veces amenaza con ahogarme de tanta intensidad. Pero todo me resulta tan valioso e interesante que no puedo menos de compartir algo de lo que estoy viviendo. Siempre he amado conocer nuevos mundos, ya sea a través de la lectura, los viajes o como en este momento, aprendiendo.